Los aceites de oliva vírgenes son los aceites obtenidos del fruto del olivo (Olea europaea L.), únicamente por procedimientos mecánicos o por otros medios físicos en condiciones especialmente térmicas, que no produzcan la alteración del aceite y que no haya tenido más tratamiento que el lavado, la molienda, el batido, la decantación, la centrifugación y el filtrado.
La calidad de los aceites de oliva Vírgenes, se clasifica en función de sus características físicas, químicas y sensoriales (evaluadas por un panel de cata) en Virgen Extra, Virgen, Virgen Corriente y Lampante, siendo este último no apto para consumo por la condición en que se extrae.
El lampante se destina a las Refinerías donde con solventes autorizados y un conjunto de procesos de purificación se fabrican aceites de oliva refinados. En este proceso de refinación se retiran los aromas, sabores, colores y los componentes minoritarios que son los buenos para la salud. El producto denominado Aceite de Oliva, es decir que no dice Virgen o Virgen Extra o Extra Virgen, es un aceite refinado sin olor o sabor al que se le agrega un bajo porcentaje de Virgen para darle esos atributos.
El AOVE en Uruguay
El consumo de aceites de oliva en Uruguay es de aproximadamente 500 gramos per cápita. De todas formas representa apenas el 2% del consumo total de aceites. Los consumidores cada vez se informan más y toman conciencia de la importancia del AOVE en su dieta.
La demanda de AOVES se encuentra en ascenso, y los consumidores comienzan a apreciar la calidad y frescura de los AOVE uruguayos, así como sus beneficios.
El uso del AOVE en la cocina pasa a tener un papel importante, tanto para cocineros profesionales como para los aficionados, destacando el sabor y versatilidad que puede aportar a cada uno de sus platos.