Las primeras plantaciones de olivos en nuestras tierras se dieron gracias al esfuerzo y dedicación de nuestra comunidad. Cada plantación fue una experiencia divina que la generamos entre todos y de la que fuimos aprendiendo a medida que pasábamos por cada paso, en este proceso tan especial, como lo es plantar un árbol, verlo crecer y recolectar sus frutos.
Trabajar en los olivares es un atarea compleja y que normalmente requiere de la participación de varias personas para su realización. Desde el momento en el que se involucran varias personas y sus familias ya no solo se trata de trabajo sino de un acto social donde se comparten esfuerzos, experiencias y conversaciones.
Junto al personal de la empresa, invitamos a familiares, amigos y vecinos a animarse a plantar un árbol, y compartimos esa experiencia con una gran celebración.
Invitamos a continuar esta tradición. Sentimos que el entorno es una parte importante de este proyecto.